Las calles no se llenan de vendedores ambulantes por falta de cultura
ciudadana, es por el desempleo que produce la destrucción de la producción
nacional. Más fuentes de empleo estable y bien remunerado, luego sí hablamos.
En medio de la incertidumbre por el anuncio de Duque de una reforma
laboral y pensional impuesta por la OCDE, el alcalde Jorge Iván Ospina propone
un nuevo proceso de “recuperación del espacio público” utilizado por vendedores
ambulantes para sobrevivir, amparándose, entre otras, en las falsas ilusiones
de la mal llamada “Ley de la empanada”. Una situación que pone en vilo la
subsistencia de miles de familias, en una ciudad con alto desempleo (11%),
informalidad (44%) y destrucción del empleo formal.
El alcalde presenta la medida basada en un diagnóstico amañado del
fenómeno de la informalidad y, por lo tanto, sin brindar una alternativa real y
efectiva al problema. Además, tomando como base los fundamentos del fallido e
inconsistente proceso que intentó Armitage, que ni siquiera logró realizar una
caracterización técnica del fenómeno de informalidad en Cali. Por eso, la
Asociación de Vendedores Ambulantes de Cali (Asovaes) y la UGTI, con todo
respeto y consideración, se permite expresarle al alcalde y a la opinión
pública lo siguiente:
1.
La ocupación
del espacio público por parte de vendedores ambulantes y trabajadores
informales es un fenómeno social y eminentemente económico. No es por falta de
cultura ciudadana que una persona termina subsistiendo de las ventas
callejeras.
2.
La
informalidad es hija del desempleo que produce la política de importar lo que
los empresarios y trabajadores colombianos saben producir. Arruinan miles de
empresas, producen miles de desempleados y luego no los quieren en la calle.
3.
Un vendedor
ambulante es una persona que perdió su lugar, o no encuentra empleo, en los
diferentes renglones de la economía agropecuaria, industrial, comercial y de
los servicios. Esta es la historia de miles de caleños.
4.
En las
actuales circunstancias de la economía nacional, caracterizada por el
desempleo, la informalidad y la precariedad laboral, privilegiar el valor
estético del espacio público representa una vulneración del derecho al trabajo
y la subsistencia de miles de familias. En este caso, de familias
caleñas.
5.
El deseo cada
vez mayor de recuperar el espacio público no busca preservarlo como patrimonio
de la comunidad, sino entregárselo a operadores privados con poder económico y
financiero, amparados en normas como la Ley 1077 de 2015 y la mal llamada Ley
empanada (1988 de 2019). En estas leyes está la trampa contra los vendedores
ambulantes y legalizan la privatización del espacio público en beneficio de una
minoría.
6.
La medida
efectiva para tratar el fenómeno de las ventas ambulantes, sin dejar a miles de
familias en la miseria, es fortalecer la producción y el trabajo nacional,
agropecuario e industrial, principalmente. De lo contrario no habrá medida, de
cultura ciudadana o de policía, que valga.
7.
El diálogo y
la concertación que propone el alcalde no puede significar el hambre de los
vendedores ambulantes para asegurar las ganancias de poderosos operadores
privados con el espacio público.
En consideración a lo anterior, la UGTI rechaza el anuncio del alcalde Jorge Iván Ospina pues no ha presentado un plan real de recuperación y generación de empleos formales y estables, además de pretender la incorporación de un cuerpo de policías cívicos a cumplir la actividad de policía. Esto es tomar a desempleados y ocuparlos en el ejercicio de vulnerar los derechos de miles de familias.
La UGTI convoca a los vendedores ambulantes a la movilización del próximo jueves 21 de febrero. En defensa del derecho al trabajo, a una vida digna, del espacio público como patrimonio de la comunidad y en contra del paquetazo de Duque.
Por el derecho a la subsistencia de los vendedores ambulantes:
organización y movilización ciudadana.
Javier López Botero César Collazos Rico Gustavo Vargas
Presidente UGTI Secretario UGTI Presidente Asovaes Cali
Febrero 14 de 2020.
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